lunes, 29 de noviembre de 2004

Reclaman atención para los “secuelados” de la inundación


La Asamblea Permanente de Personas Afectadas por la Inundación presentó el primer informe de personas con secuelas de la catástrofe hídrica del río Salado de abril 2003. El trabajo analiza 58 casos donde se presentaron consecuencias físicas, psíquicas y sociales.



La Asamblea Permanente de Personas Afectadas por la Inundación presentó el primer informe de personas con secuelas físicas, síquicas y sociales derivadas de la catástrofe hídrica del río Salado de abril 2003.

El trabajo se basa en 58 casos recepcionados en la Casa de Derechos entre mayo y noviembre de 2004, donde se verificaron problemas predominantemente físicos (23), predominantemente psíquicos (19) y psíquico–físicos (16). Para la interpretación de estas historias se utilizó la bibliografía de la organización Médicos del Mundo. A partir de ella y considerando la experiencia de Santa Fe, se elaboró una definición de secuela, entendida esta como “la consecuencia física o psicológica producida por un agente o hecho, interno o externo, que deja huellas en lo físico y en lo psíquico, que permanecen en el tiempo y alteran negativamente la calidad de vida de la persona y su entorno”,

Respecto a las secuelas físicas el informe recoge casos de accidentes, leptospirosis y situaciones donde existía una condición de riesgo previa que fue agravada por la inundación (diabetes, problemas cardíacos, etc.). También se registraron casos de embarazos interrumpidos y patologías con antecedentes desconocidos.

En el caso de las secuelas psíquicas aparecieron conductas suicidas, estado depresivos, demencia senil agravada, episodios psicóticos, y síndrome de stress post traumático.

Un aspecto que se destaca es el impacto de las secuelas en los adultos mayores, los niños y los adolescentes. Además se hace referencia a la distribución geográfica de los casos, notándose una mayor participación en los barrios del suroeste donde el ex intendente Marcelo Álvarez indico que no existía riesgo de inundación.

Agravantes

Por este motivo, el informe de la Casa de Derechos Humanos plantea una serie de factores que actúan como agravantes de las consecuencias denunciadas, a saber: la situación socioeconómica de la población más afectada y la vulnerabilidad social, física y psíquica en la que se encuentra la población afectada al momento de la catástrofe.

Pero también se apunta a las características de la “institucionalidad gubernamental que atraviesa a la ciudad de Santa Fe”, para comprender determinadas consecuencias de la inundación. Estas son:

- La falta de previsión que se observó en un Estado que desertó de sus funciones de gobierno al “no monitorear el estado del río, las condiciones de las defensas, no considerar  un sistema de alertas (dada las características de nuestra ciudad rodeada de agua) y fundamentalmente, al no completar la obra que a manera de anillo de contención circunda la ciudad, y no mantuvo las existentes”.

La desidia. “El Estado no tuvo, ni tiene un plan de evacuación; no preparó lugares para que funcionen como centros de evacuados con un mínimo grado de habitabilidad, ni personal para su contención, sabiendo que el anegamiento de los barrios era posible porque tenían informes al respecto; no atendió a las propuestas que desde la sociedad civil se les hizo llegar para organizar el censo de las personas afectadas y optimizar la cobertura de necesidades básicas a las mismas”.

La indiferencia. “Ante los continuos reclamos de la gente el gobierno se mostró (y se muestra), ausente, generando mayor inseguridad y angustia en las personas, profundizando el sentimiento de desamparo; demoras en el censo, retraso en los pagos, maltratos a quienes reclaman por aquello que les corresponde”.

Finalmente la irresponsabilidad. Expresada en el “incumplimiento de los deberes de funcionario público al no hacerse cargo de generar las condiciones para la atención integral de las personas afectadas permitiendo exponer a la población a un enorme peligro, que para muchas personas significó la muerte”.

Para la Casa de Derechos Humanos, este cuadro se agrava, “al no haber ningún indicio de investigación sobre la responsabilidad de lo ocurrido, lo que denota un compromiso político entre los distintos niveles de gobierno”.

Por ello concluyen, que “Esta inundación fue una catástrofe económica y social por un lado, y por el otro, fue fundamentalmente una catástrofe en la subjetividad de las personas, agravada por el abandono, la desidia, la indiferencia y la irresponsabilidad”.

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